Créditos
Si usamos tarjetas de crédito, es muy común encontrar en nuestro estado de cuenta mensual un rubro que viene en negritas, el famoso: “pago mínimo”. Al ver que se nos pide pagar una cantidad pequeña y manejable, solemos estar tranquilos y confiados, pero muchos no conocemos realmente lo que hay detrás de este requerimiento mínimo para mantener vigente nuestro crédito y hoy, te lo vamos a explicar.
Desde los inicios de la tarjeta de crédito, ésta fue concebida para ayudar a los tarjetahabientes a no cargar dinero en efectivo y aún así poder pagar por sus productos o servicios. Esto se logra gracias a la asignación de un límite de crédito al usuario en forma de préstamo, para que éste lo pague de regreso dentro de un tiempo determinado.
Así fue como nació el famoso “estado de cuenta”, un documento que reúne todos las compras realizadas con ese crédito dentro del rango de un mes. Pero otorgar líneas de crédito trajo muchas aristas, ya que usualmente son más altas que el ingreso promedio del usuario, quien, al ver más dinero en su tarjeta, comenzó a pensar que el crédito era parte de su propio dinero.
La consecuencia fue que algunos usuarios no podían pagar el total de lo gastado durante ese mes, entonces, las instituciones financieras crearon el concepto de pago mínimo, que en realidad se refiere al monto mínimo indispensable que el usuario debe cubrir antes de su fecha límite de pago para que su crédito siga estando vigente, es decir, para que no se le quite o cancele.
Si un usuario cubre su pago mínimo, podrá seguir utilizando su crédito revolvente sin problemas, pero esto también representará que en su siguiente estado de cuenta, se le cobrarán los intereses generados de toda la cantidad que no se pagó, lo que, si no se prevé y se calcula, empezará a generar una deuda que puede salirse de control fácilmente.
Existen muchas herramientas que nos permiten conocer, de manera general, cómo se comporta un crédito al solo cubrir el pago mínimo. Por ejemplo, la Condusef cuenta con una calculadora de pagos mínimos que puede ser muy útil si pensamos incurrir en esta práctica y así conocer el impacto que podríamos tener en nuestras finanzas futuras.
Pero también contamos con información que nos puede ayudar a planear mejor nuestras compras, adecuarnos a nuestra capacidad de pago y jugar mejor con los días que el crédito nos otorga antes de pagarlo. Para ello, lo recomendable es entender cuándo es nuestra fecha de corte, es decir, el día en que se suman todas las compras que hicimos en el mes. En este mismo día es cuando se calcula el pago mínimo que aparecerá en nuestro estado de cuenta.
El segundo concepto a tomar en cuenta es la fecha límite de pago, que suele suceder 20 días después de nuestra fecha de corte y es el tiempo que tenemos para cubrir el total de nuestras compras para no generar intereses o, al menos, cubrir ese pago mínimo, pero a sabiendas de que esta acción nos hará pagar intereses el siguiente mes.
Las instituciones financieras calculan el monto mínimo, con base a un decreto hecho por el Banco de México, usando dos fórmulas. La primera fórmula simplemente toma el 1.25% del total de tu línea de crédito para determinar el monto a cobrar. La segunda suma el 1.5% del saldo que debes actualmente más los intereses correspondientes a ese monto más IVA. El monto más alto resultante es el que se toma para ser cobrado como pago mínimo.
Como vimos, la institución financiera te cobrará el saldo mayor resultante de esas dos fórmulas, donde usualmente el 30% de esa cantidad se designa para pagar tu deuda y el 70% para cubrir los intereses generados en ese periodo.
Esto nos indica que si solo nos dedicamos a pagar los pagos mínimos mes con mes, nuestra deuda se irá incrementando y la mayor parte de los pagos se irán para pagar intereses, en lugar de saldar la deuda que originalmente teníamos a capital, a tal punto, que puede superar nuestra capacidad de pago y ya no podamos pagar ni siquiera la cantidad adeudada.
Y si en un mes ya no logramos saldar el pago mínimo, la institución financiera seguirá cobrando intereses moratorios y comisiones hasta que termines de pagar la deuda, además te suspenderá el uso de tu préstamo y te reportará ante Buró de Crédito como cliente deudor, lo que impactará a futuro en cualquier solicitud de crédito que quieras hacer con otra institución.
Así es como podemos ver que un concepto que originalmente se creó para ayudarnos ante alguna eventualidad, donde en un mes no podamos cubrir el total de nuestros gastos, puede convertirse en la peor pesadilla de las finanzas de tu negocio si se toma a la ligera o sin la previsión necesaria.
Ahora que sabes lo que puede llegar a pasar por descuidar la administración y gestión de tus finanzas al pagar solo el saldo mínimo de tu tarjeta de crédito, aquí te dejamos algunas recomendaciones que te ayudarán a tomar mejores decisiones al momento de usar tu crédito:
Esperamos que estas recomendaciones te ayuden a llevar tu tarjeta de crédito y si conoces más tips que puedan ayudar a otros emprendedores, no olvides compartirlos en nuestras redes sociales 🙂 .
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