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Tips para Emprender

Todo sobre las personas morales

Una de las grandes preguntas de la comunidad en general al momento de comenzar su viaje es el concepto de “persona moral”. Sí, todos lo hemos escuchado, pero casi nadie conoce por completo qué significa, qué implicaciones tiene convertirse en una, cuáles son los tipos de personas morales y las ventajas y desventajas de adoptar este régimen. Por ello, en Oyster nos dimos a la tarea de recopilar toda la información que necesitas para convertirte en un experto de este tema y tomar las mejores decisiones para ti y tu empresa.

Persona moral en su negocio
29 de julio, 2021

Tabla de contenidos:

1.- ¿Qué es una persona moral?
2.- ¿Cómo constituir una persona moral?
3.- Tipos de persona moral
4.- ¿Cuándo hacer el cambio a persona moral?
5.- Ventajas de ser una persona moral

¿Qué es una persona moral?

Para entender del todo el concepto de persona moral, debemos comenzar por su definición pues, casi todos, nos encontramos con este término cuando comenzamos nuestra vida laboral y no sabemos si entramos en el molde de personas morales o personas físicas.

Las personas morales son definidas por el SAT como las “entidades reconocidas por ley como sujetos de derechos y obligaciones. Suelen ser creadas por un grupo de personas que se unen con un fin determinado, como las sociedades mercantiles, las asociaciones y sociedades civiles”


En otras palabras, una persona moral es un grupo de personas que se unen bajo una misma entidad (llamada razón social) con un fin común. Como leerás más adelante, constituir una persona moral para un negocio es muy recomendable debido a que obtendrás beneficios que harán que el crecimiento de tu empresa sea más rápido y sencillo.

Las personas morales solo pueden contar con la nacionalidad mexicana en caso de haber sido creadas bajo las leyes de México y tener su domicilio en la República Mexicana. Por otro lado, este tipo de personas adquieren obligaciones fiscales desde el momento en que son creadas, son identificadas por una razón social independiente al nombre de quienes las conforman y no cuentan con un estado civil al no ser un individuo.

Por otro lado, las personas físicas sí pueden contar con doble nacionalidad (además de la mexicana), adquirir obligaciones fiscales al cumplir la mayoría de edad o comenzar a trabajar formalmente, ser identificadas por un nombre, tener estado civil y cuerpo material, entre otras características que las hacen diferentes de las personas morales.

¿Cómo constituir una persona moral?

Para registrar a una persona moral se debe decidir primero qué sociedad mercantil le conviene (dependiendo del giro de la empresa y las actividades planeadas), además de redactar un acta constitutiva por medio de una notaría para darle legalidad a la asociación.


El contrato social por el que será constituida la persona moral debe contener las siguientes características:

  • Determinación del objeto social
  • Elección de régimen jurídico
  • Recopilación de la información de los accionistas, socios o asociados
  • Elección de domicilio
  • Elección de forma de administración y vigilancia
  • Definición de capital social

Después de hacer esto, la persona moral se debe dar de alta en el Registro Federal de Constituyentes (RFC) para poder operar con legalidad.

Sociedades mercantiles

Una sociedad mercantil está constituida por más de un individuo y tiene fines de lucro, ya que su objetivo es obtener ganancias al llevar a cabo una actividad económica y remunerable. Cada uno de los socios deberá aportar una contribución patrimonial (no importa si son bienes, trabajo o capital) y deberá estar inscrita en el Registro Mercantil para darle total legalidad.

Tipos de sociedades mercantiles

  • Sociedad Anónima (S.A.). Está constituida por más de una persona que harán aportaciones de capital o efectivo para iniciar las operaciones de la empresa; en este esquema pueden inscribirse negocios de cualquier actividad comercial.
  • Sociedad Comandita Simple (S. en C.). Para esta sociedad se requieren al menos dos socios: el comanditado y los comanditarios. Todos los socios están obligados a realizar aportaciones, pero no existe un monto mínimo. Este tipo de sociedad puede reconocerse al encontrar el nombre del comanditado acompañado de la leyenda “y compañía”.
  • Sociedad de Responsabilidad Limitada (S. de R. L.). Está formada por un mínimo de 2 personas y un máximo de 50. El capital mínimo para su creación es de $3,000,000 MXN.
  • Sociedad en Comandita por Acciones (S. en C. por A.). En esencia, se constituye de igual manera que la Sociedad Comandita Simple, pero el capital de los socios se divide en acciones y cada uno de los participantes obtiene un porcentaje del valor total de la empresa.
  • Sociedad Cooperativa Suplementada (S. C. S.). Se necesita un mínimo de 5 personas para poder crear esta sociedad, cuyos participantes deberán tener una actividad laboral en la empresa para poder ser miembros. La Sociedad Cooperativa Suplementada no solicita un capital mínimo para ser creada.
  • Sociedad en Nombre Colectivo (S. en N. C.). Todos los socios tienen el mismo derecho de participación, pero no todos tendrán la obligación de aportar el mismo porcentaje; la decisión será tomada por los mismos socios.
  • Sociedad por Acciones Simplificada (S. A. S). A diferencia de las demás sociedades, la S. A. S. puede estar constituida por un integrante sin la necesidad de contar con socios.
Tipos de personas morales

Tipos de persona moral

Para elegir qué tipo de persona moral serás, necesitas especificar y tener muy claro cuáles serán las actividades a las que se dedicará tu sociedad, además de las necesidades que tengan tus socios y tú. Cuando tengas estos puntos claros, podrás elegir entre los siguientes dos tipos:

  • Régimen general. En esta categoría entran todas las sociedades formadas con fines lucrativos, es decir, que buscan conseguir una remuneración económica con sus actividades. Entre ellas se encuentran:
    • Sociedades mercantiles
    • Sociedades civiles
    • Almacenes generales
    • Instituciones con enfoque en finanzas, seguros o créditos
    • Organismos con facultades autónomas
    • Arrendadoras o financieras
  • Régimen con fines no lucrativos. En este caso, este tipo de sociedades no buscan obtener un beneficio de sus actividades, sino que buscan aportaciones voluntarias de terceros para usarlas en obras benéficas. Es decir, las sociedades con fines no lucrativos no reciben un pago por sus acciones. Para poder formar parte de este régimen, se necesitan autorizaciones especiales que le permitan recibir donativos a tu empresa y usarlos en el beneficio de otras personas, comunidades y regiones de escasos recursos. Algunos ejemplos son:
    • Atención a personas con discapacidad
    • Apoyo a colegios profesionales
    • Rehabilitación de adicciones
    • Apoyo a servicios funerarios
    • Administración de fondos para el retiro
    • Sindicatos
    • Acciones para mejorar la economía popular
    • Atención a servicios básicos de grupos vulnerables
    • Asistencia o rehabilitación médica
    • Asistencia jurídica, de derechos humanos, derechos de menores y adaptación social

Obligaciones fiscales del régimen general

  • Estar dado de alta en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC)
  • Contar con firma electrónica (e.Firma)
  • Tener la capacidad de expedir facturas electrónicas
  • Llevar su contabilidad electrónica bajo los lineamientos del Reglamento del Código Fiscal de la Federación (CFF)
  • Presentar pagos provisionales y definitivos de impuestos
  • Hacer su declaración anual
  • Presentar la Declaración Informativa de Operaciones a Terceros (DIOT)
  • Realizar retenciones del ISR en caso de pagar nómina
  • Realizar el pago de las obligaciones patronales (utilidades, aguinaldo, etc.)
  • Presentar al SAT el aviso de préstamos o aportaciones futuras

Obligaciones fiscales del régimen con fines no lucrativos

  • Estar dado de alta en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC)
  • Expedir comprobantes fiscales CFDI
  • Llevar su contabilidad electrónica bajo los lineamientos del Reglamento del Código Fiscal de la Federación (CFF)
  • Enviar las balanzas de comprobación y el catálogo de cuentas correspondientes
  • Presentar la Declaración Informativa de Operaciones a Terceros (DIOT)
  • Calcular el impuesto anual de los trabajadores de la asociación
  • Proporcionar a los miembros de la sociedad una constancia con el monto restante distribuible

¿Cuándo hacer el cambio a persona moral?

Es una de las preguntas que más dueños de negocio se han hecho y que resulta más difícil de responder, debido a que no existe un parámetro específico para definir en qué momento se debe dar el salto a persona moral. Sin embargo, y aunque no exista solo una característica, te dejamos un recuento de los aspectos que debes considerar para dejar de ser una persona física.

  • Cuentas con socios de negocio. Si hay personas interesadas en invertir en tu proyecto para hacerlo más grande y tú formalizas la sociedad para empezar a trabajar con ellas, es tiempo de volverte una persona moral. Así, todos y cada uno de los socios tendrá claridad en sus derechos y responsabilidades fiscales desde el primer momento.
  • Tus ingresos crecen exponencialmente. Parte de tu gestión financiera y administrativa es obtener información de tus ingresos anuales; si notas en tu proceso contable que tus números están cerca de superar los dos millones anuales, es tiempo de pasar a ser una persona moral.
  • Tienes más de un negocio. Si tu realidad laboral te ha llevado a abrir diferentes negocios, lo mejor es crear diferentes razones sociales. Ya hemos platicado que como persona física lo mejor es separar tus finanzas personales de las de tu negocio, lo mismo pasa si tienes más de un negocio. Lo mejor es separar los ingresos, gastos y pagos recurrentes de cada negocio para mantener tanto la claridad como una buena gestión financiera, y solo el régimen de persona moral puede ayudarte a hacerlo.

Debes saber que una persona moral tiene que realizar más acciones que una persona física. Por ejemplo: se tiene que determinar una razón social, elegir una sociedad que le convenga y definir el tiempo que funcionará dicha sociedad, definir un domicilio donde se establecerá el negocio y redactar un acta constitutiva con el notario. Pero también obtienes grandes beneficios fiscales que, como persona física, no podrías aprovechar.

Ventajas de ser una persona moral

Aunque una persona física con actividad empresarial puede tener un negocio y aún así cumplir con sus obligaciones fiscales, ser una persona moral le dará a tu emprendimiento ciertas ventajas que lo harán crecer a mayor velocidad sin violar ningúna regulación económica.


Por eso, aquí te dejamos una serie de beneficios de dar el salto a persona moral para que, en caso de cumplir con los requisitos, te atrevas y comiences a aprovechar las ventajas que este régimen fiscal le brinda a los emprendedores mexicanos.

Sé más profesional

Que un negocio esté constituido como persona física con actividad empresarial o como persona moral, en principio, no significa que sea más o menos profesional, pero sí afecta en la percepción que tendrá el mundo empresarial de ti.


La razón radica en que, como persona moral, estás construyendo un historial crediticio de tu empresa, por lo que tus activos serán mayores al igual que tu capacidad de endeudamiento y tu solvencia económica. ¿Qué significa esto? Que las instituciones financieras tendrán mayor confianza al momento de brindarte un crédito debido a que tienes el respaldo suficiente para liquidarlo.


Pero esto no es todo: cuando tu negocio está constituido como persona moral tienes mayor probabilidad de atraer inversionistas con más capital debido a que no estarán dando sus activos a una persona, sino a una empresa amparada por una sociedad y regulada bajo la ley.

Obtén mayor financiamiento

Como lo mencionamos en el punto anterior, constituir a tu negocio como persona moral le da la oportunidad de obtener mejores préstamos y condiciones de pago ventajosas para un negocio que está en pleno crecimiento.


Esto se debe a que una empresa tiene una mayor solvencia económica que una persona. Supongamos que tú, como individuo, acudes a la institución financiera de tu preferencia por un crédito; después del proceso de aprobación (que muchas veces es lo más difícil), obtendrás una oferta adecuada a tus necesidades como persona física. Por el contrario, si acudes a esa misma entidad financiera como persona moral, ellos te ofrecerán un crédito mayor debido a que tanto tus necesidades como tu solvencia económica son más grandes y seguras.


Estas diferencias entre un crédito personal y uno empresarial son esenciales para saber qué solicitud es la adecuada para los proyectos que tengas en mente; un crédito personal difícilmente será suficiente para cumplir con las necesidades de un proyecto empresarial como remodelaciones, apertura de nuevas sucursales o renovación de materiales y mobiliario. Por ello, ser una persona moral es lo mejor que puedes hacer para los futuros créditos de tu negocio.

Olvídate del IVA

Hablando de créditos, no solo podrás adquirir mejores condiciones y montos al estar constituido como persona moral, sino que podrás quedar exento del pago del IVA al liquidar tus deudas.


Así como lo lees: las personas morales pueden ahorrarse el pago del IVA al adquirir créditos empresariales. Esta disposición ha sido creada para estimular el desarrollo empresarial y darle mejores oportunidades a los emprendedores mexicanos de crear empresas y generar empleos en el territorio nacional.

Todo claro como el agua

En muchas ocasiones, los negocios se van a la ruina debido a problemas entre sus fundadores; esto puede evitarse dejando claro desde un principio las responsabilidades y derechos de cada uno de los miembros de las empresas.


En el acta constitutiva de las personas morales, se especifica ante la ley cuáles son los derechos y obligaciones de todas las personas que constituyen esta sociedad, además de las reglas de funcionamiento de la empresa ante futuras situaciones adversas o que pongan en riesgo el emprendimiento.


Además, este régimen permite que el patrimonio total de la empresa pueda ser separado en el porcentaje que los socios decidan; así, cada quien sabrá de antemano cuál será la cantidad de los activos totales que posee sin la necesidad de disputar con nadie.

Deduce tus créditos

No cabe duda que uno de los mayores miedos al inicio del año fiscal es la declaración anual; este miedo se duplica cuando eres una persona moral, ya que debes rendir cuentas de todos los movimientos que realizó tu negocio durante el año.


Sin embargo, una de las ventajas que brinda la ley para este régimen es la capacidad de poder deducir los pagos mensuales de interés que haces para liquidar los créditos que solicitaste para la empresa, lo que se verá reflejado positivamente en tu balance final.

Para hacerlo, debes de contar con las facturas de los pagos que realizaste a nombre de tu empresa e incluirlos en tu declaración. Si tienes dudas de cómo llevarlo a cabo, lo mejor será que acudas con un contador para obtener ayuda profesional.


Como puedes ver, ser emprendedor y estar bajo el régimen de persona moral tiene muchas ventajas no solo para ti, sino para el crecimiento de tu negocio. Considera si tu empresa está en la etapa de dar el siguiente paso y expandirse, busca a socios o inversionistas y elijan el régimen fiscal que más les convenga.

Ahora ya tienes toda la información importante sobre personas morales en la palma de tu mano; úsala en beneficio de tu empresa y hazla despegar hasta las nubes. Recuerda que, si crece uno, crecemos todos.

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